La determinación de cuál de los cónyuges continuará viviendo en la propiedad donde ambos compartieron hasta la separación es uno de los desafíos más complejos de abordar en casos de divorcio.

En situaciones en las que no haya consenso entre los cónyuges, será necesario recurrir a la decisión de un Juez, a petición de uno de los esposos.

Cuando el Juez tome una resolución, deberá determinar si es apropiado o no otorgar la asignación de la vivienda, así como establecer la duración y los efectos de dicha asignación.

El Código Civil establece los criterios que deben ser considerados al tomar esta decisión: a) la persona a la que se le confía el cuidado personal de los hijos; b) el cónyuge que se encuentra en una posición económica más desfavorable para acceder a una vivienda por sus propios medios; c) la salud y edad de los cónyuges; d) los intereses de otras personas en el grupo familiar.

Junto con la asignación de la vivienda, el Juez puede decidir, si es solicitado, otorgar una compensación financiera por el uso del inmueble a favor del otro cónyuge. Además, puede determinar que la propiedad no sea vendida sin el consentimiento explícito de ambos.

Tal como ocurre con cualquier decisión sobre bienes registrables, esta resolución debe ser inscrita en el Registro de la Propiedad Inmueble para que tenga efecto frente a terceros.